Es la pregunta que se vienen haciendo los juveniles hace harto tiempo.
Para un ciudadano cualquiera, un año y medio no te merma de cosas tan importantes, pero para un futbolista joven que está ad portas de subir al primer equipo, ese tiempo perdido te puede marcar un futuro en el terreno de juego, o un llamado a encumbrarte en nuevas travesías lejos de los botines de fútbol.
Mientras que el espectáculo se reinicia en el fútbol profesional, para respetar ciertos contratos y convenios con los jugadores y las grandes empresas. Parecen olvidarse de los proyectos emergentes; el fútbol joven de nuestro país ha estado parado desde el 16 de marzo de este año, y anteriormente había estado interrumpido por el estallido social. Pero por favor, no le echemos la culpa a cosas extraordinarias, si venimos mal desde ya varios años.
¿Qué es eso de la regla Sub-20? Al parecer, un cacho para los clubes de nuestro fútbol, quienes se sienten en la obligación de poner a un cabro a mitad de tiempo, para que al final de temporada no les quiten los puntos. Claro, siempre hay excepciones como Universidad Católica y un par más, donde sus juveniles sí son reales opciones en la oncena titular.
Imagínense que para este año, la ANFP decidió aumentar la cantidad de minutos Sub-20 de 1.350 minutos a 2.142, porque no se estaban viendo los frutos.
Lamentablemente estamos sumergidos en un fútbol donde recién los Kuscevic, Cortés, Aránguiz, Bolados, Rebolledo, o sea, jugadores de más de 23 años pueden consolidarse y sentar en la banca a un experimentado jugador, que probablemente viene del extranjero a quemar sus últimos cartuchos.
¿Y qué pasa con los menores de 20 años?, ¿se les sigue mirando como un Sub-13? Nos lamentamos cuando estos emigran a otros clubes sin siquiera consolidarse en su club formador. Y se les critica por irse a México, por irse a los Emiratos, e incluso, recientemente se está matando a un jugador 18 años por preferir la Serie A, a quedarse en Universidad de Chile.
Evidentemente nadie tiene la respuesta para esta incógnita, algunos son partidarios del “el cabro ya no sueña con debutar en el club de sus amores”. Mientras que otros, apuntan al “el club de sus amores no sueña en hacer debutar al cabro”.
Sin embargo, de lo que sí estamos seguros, es que nuestro fútbol va en retroceso. Y que actualmente, sin competencias en las ramas juveniles -hasta probablemente el 2021- los futuros llamados a defender nuestra selección, o al menos, los futuros encargados de hacer atractiva nuestra competencia local, están en la disyuntiva entre jugar o al FIFA, o al PES. Y no los culpo, porque nunca se han preocupado de ellos, y ahora en pandemia, mucho menos.