Fue la polémica del fin de semana en el fútbol chileno. En el partido entre Ñublense y Universidad Católica, ocurrieron dos manos que el árbitro Juan Lara sancionó de manera diferente, lo que resultó en la victoria de Los Cruzados por 2-1.
Esta situación provocó las quejas enfurecidas de los chillanejos, especialmente de su técnico Mario Salas, quien afirmó que «hay una disparidad de criterios increíble dentro del mismo partido» y aseguró que «me siento perjudicado por la acción del árbitro».
Casi 48 horas después del encuentro, la ANFP reveló los audios del VAR, que confirmaron las sospechas en Chillán. La Comisión Arbitral constató que hubo un error tanto en la actuación de Lara como en la del encargado de la tecnología, Nicolás Millas.
En la controversial jugada en la que Aaron Astudillo comete una mano dentro del área, desde Quilín aseguran que «el árbitro, correctamente ubicado y con buen ángulo, observa la acción y decide no sancionarla», lo cual comunica al VAR, que realiza el chequeo correspondiente y concuerda con la decisión final.
«La ANFP sostiene que ambas decisiones, tanto del árbitro en el campo como del VAR en la cabina, son incorrectas», y aclara que «de acuerdo con las consideraciones técnicas, la situación debió ser sancionada como tiro penal, ya que se trata de una mano de bloqueo, donde el defensor amplía el volumen de su cuerpo y realiza un movimiento adicional».