PARA EL OLVIDO

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Colo-Colo perdió por goleada ante Peñarol y se vino a Chile con tres goles en el saco. Un resultado abultado y vergonzoso.

El equipo tenía muchas bajas y Gualberto Jara puso un 11 que más bien equivalía a un 9. Ronald de la Fuente volvió a estar totalmente desconectado y a los cinco minutos casi regala un gol, cuando dejó su puesto para meterse en el área chica. La salvó Pinto.

En el córner siguiente, el local casi mete un gol olímpico. ¿Por qué? Porque ningún jugador colocolino cubrió el primer palo! Esa también la salvo Pinto, pero ¿qué clase de desorganización permite ese tipo de errores infantiles?

Y es que a ratos pareciera que semana a semana no hay mejora en el juego del Cacique, cuando justamente eso es lo que se espera de un grupo que entrena día tras día. Al final del primer tiempo, los chilenos perdían por 1-0, pero lo de Peñarol era tan poco, que el empate parecía cerca. Casi que era cosa de desearlo y el 1-1 saldría por algún lado.

En el segundo tiempo, sin embargo, la ilusión se fue rápido. A los 11 minutos Peñarol puso el 2-0 y ya nada había que hacer. Colo-Colo jugaba realmente mal, sin una idea, como ya viene siendo costumbre y si un gol podía salir de una inspiración puntual, que salieran dos era impensado. Aún así, un descuento venía bien, en pos de cuidar la diferencia de goles.

Pero como en toda la noche, lo que vino no fue mejor. El Manya estaba cómodo en su cancha y ganaba sin hacer mucho. Para colmo, un zapatazo de 25 metros a lo Cristiano dejó sin opciones a Miguel Pinto a los 83′, quien mientras caía al suelo se alistaba para ir a recoger la pelota al fondo de la malla por tercera vez en la noche.

Terrible.

Con el pitazo final, llegó también el fin del sufrimiento para los hinchas albos, quienes aún tienen la opción de meterse en octavos de final de la Copa, aunque para eso tendrán que derrotar a Jorge Wilstermann en Santiago y esperar que Peñarol no derrote a un Atlético Paranaense que ya está clasificado.

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