Te puede caer bien o te puede caer mal, pero Cristiano es de verdad y hoy lo volvió a demostrar en la Champions League, torneo del que es el mayor goleador histórico.
Ronaldo se echó a la Juventus al hombro y él solo le entregó ilusión a una amargada Vieja Señora, una que tuvo muchas dificultades para recuperarse del primer gol del Lyon, pese a que a ratos metía buen juego en el centro de la cancha.
Tras anotar de penal y cambiar un regalo por gol, Cristiano siguió siendo el buey que tiraba de la junta y así lo demostró con su segunda maravilla, un remate de 30 metros inatajable. Y con la zurda.
Hay jugadores -pocos- que tiene un hambre sin igual, unas ganas de triunfar que no se compara a las de sus compañeros y las habilidades necesarias para transformarse en determinantes cuando el partido así lo pide.
Una vez más, Cristiano lo ha demostrado y es que, en realidad, CR7 no merece ser eliminado de ninguna Copa, al contrario, siempre se sabe que con él en la cancha, el equipo tiene algo extra.
Y si no, que le pregunten al Madrid.