En Brasil, país donde hay más de 100 mil muertos por covid-19 según cifras oficiales, el fútbol ha vuelto, pese a que la normalidad está lejos de acompañar el regreso de las actividades deportivas.
Ayer, el presidente local, Jair Bolsonaro, festejó el triunfo de su equipo, el Palmeiras, en la final del Torneo Paulista ante el Corinthinas, su eterno rival.
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UMA VERGONHA
Hoy, el Sao Paulo debía jugar con el Goias, pero el partido fue suspendido unos minutos antes del pitazo inicial porque 10 jugadores de Goias dieron positivo en Covid-19. De ellos, se suponía que 8 iban a ser titulares.
Lo más lamentable es que el equipo afectado ya estaba en su camarín listo para jugar, hasta que razones sanitarias lo forzaron a quedarse ahí, encerrado.
Para hacer todo un poco más vergonzoso, Matheus, el tercer arquero del Goias, estaba almorzando con su familia y tuvo que salir de apuro a la cancha para ser suplente.
¿SE DEBE RETOMAR EL FÚTBOL?
Con la Copa Libertadores apunto de comenzar, las Eliminatorias a la vuelta de la esquina y la Conmebol presionando para que el fútbol vuelva a las canchas sudamericanas, la pregunta es obvia: ¿por qué?